Gringas

Corte la carne en trocitos pequeños, la cebolla en cuadros grandes.

Fría la carne con un poco de la cebolla picada, en aceite de oliva, no sea miserable.

Ponga las tortillas con trocitos de queso a calentar en el horno (porque seguro vive en un lugar donde no existen los comales).

Cuando ya casi esté la carne, agregue la cebolla restante que no se dorará tanto, quedará crujiente.

Haga su guacamole como corresponde (habiendo dejado enfriar previamente la cebolla picada finita y bañadita en limón y teniendo el cilantro y paltas a la mano).

Saque las tortillas del horno antes que comiencen a dorarse y cuando el queso ya haya fundido. Rellénelas con la carnecita y embadúrnelo todo con su guacamole.

Eructe abundantemente con su mejor cara de satisfacción y sea feliz antes de recordar la cantidá de calorías que ha ingerido.

Agradezca al chef. Como usté pueda. O quiera.